Giró su timón, estaba cansado de navegar en aquellas aguas apacibles con olor a sal. Desafiando la comodidad se dijo: " Ningùn marinero se hace experto si solo sabe navegar en tranquilidad". Equipó de nuevo su barco y se lanzó a otro mar. Tuvo que aprender cómo navegar en las aguas embravecidas del alto mar. Conoció a otros peces, otras islas en las que descansar. Todos le conocen como el de la sonrisa ancha, pues sus ojos reflejan la alegría de quien sabe manejar un barco sin importar el mar.
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¡Qué bonito! ¡Qué arte e imaginación para pintar!
ResponderEliminarMe encanta Lola!!!
ResponderEliminarSuper, corto pero con buena moraleja: hay que atrevernos a hacer cosas nuevas si queremos desarrollarnos. Me gusto, ademas el dibujo tambien es muy bonito!Saludos.
ResponderEliminarQue lindo y que incidencia que pones esto. He estado obsesionada con la idea del marinero anciano....Ya te explico otro momento. Aun encontre un dibujo mio de este poema que hice hace 20+ años :)
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